Enviando de aquí para allá

Me encanta viajar. Supongo que ya os haréis una idea. Tampoco trabajo, se lee bastante claramente entre líneas que soy muy vaga. Pero me gusta el dinero, me gusta disfrutar de él y lo que consigo con él. Como la euromillón está empeñada en no tocarme (¡menuda zorra caprichosa está hecha!) tengo que buscar una alternativa.

Así que dejé que las musas me poseyeran y me puse a escribir para concursos de literatura. Me he cansado de las interminables historias que me dio por escribir entre los 12 y los 18 (estoy todavía escribiendo una, pero cuando la acabe será la última en mucho tiempo). He decidido que voy a escribir una historia al mes, teniendo en cuenta que empecé en octubre… la verdad es que demasiada experiencia no tengo en este ámbito. Una vez cuando era pequeña mandé una historia y poco después me operaron de las muelas de juicio y recé a todos los dioses habidos y por haber para no ganar y no enseñar mi cara de popeye. Me escucharon, porque no gané. Ahora ya lo hago por el dinero y el prestigio (ahora que estoy sin blanca el dinero importa más, cuando sea Navidad y sea rica lo haré por el prestigio). ¿Os podéis creer que el primer premio del concurso de octubre era 1800 euros? Me parece una pasada, demasiado incluso. Aunque no voy a ser yo la que se queja. En Semana Santa se planea viaje por el sur, en verano Interrail… así que ya veremos.

Estaba escribiendo la historia de noviembre y he hecho un kit-kat para contaros mi nuevo proyecto. Acepto consejos y sujerencias, queridos lectores.