Auxiliar de conversación o lo que sea

Lo pienso a diario. Aunque intente no hacerlo, lo hago. No puedo parar de pensar qué haré el curso que viene, qué será de mí. ¿Tendré trabajo? ¿De qué? ¿Dónde? ¿Ha servido de algo lo que he estudiado? ¿Para qué sirve saber si luego todo lo que me prometieron desde que estaba en el colegio no se ha cumplido? ¿Y qué hago con mis expectativas?

O lo que es lo mismo, ¿qué hago ahora?

Durante el último mes me he dedicado a hacer dos cosas bastante agotadoras: 1) rellenar la beca para poder trabajar como profesora de castellano en Reino Unido e Irlanda y 2) convencer a Chandler para que se venga conmigo y pida la beca también. Hay pocas posibilidades de que me la den, porque la cosa va por puntos, y los recién licenciados se llevan 7 puntos porque sí, si has estudiado el CAP otros tres, si has hecho cursillos para ser profesor otros 2…

Haber ido al Máster de Guión en Salamanca no sirve para nada. A veces sé escribir. Eso no sirve… (aunque éso no lo descubrí hasta hace bien poco, tortazos de realidad que me estoy llevando este año).

Si mi opción de auxiliar no funciona (ya sería feliz con quedar en la lista de espera) voy a intentar pedir un visado para irme a Nueva Zelanda a trabajar y a viajar. España sólo reparte 200 visados al año así que resulta que también es poco probable que me toque. He pensado pedir la Leonardo el curso que viene para irme en algún momento tres meses fuera. (Reino Unido por favor). Y antes que éso también quiero pedir la Global Training, pero creo que esta última sólo la da el gobierno Vasco. (La diferencia entre Leonardo y GT es que en una te cogen y luego te buscan un sitio donde pasar tres meses y en la otra, si tu CV les interesa te cogen ocho meses de prácticas en algún lugar de Europa).

¿Qué hago si nada de éso funciona? Ni siquiera me lo quiero plantear. He pensado trabajar durante el verano en Francia, de friega platos, de bailarina, de camarera, recepcionista, barrendera… Haga lo que haga seguramente gane el doble de lo que ganaría aquí.

Estoy obsesionada con la idea de marcharme a Reino Unido, Chandler dice que es porque quiero volver a vivir un segundo año de Erasmus (y la verdad es que no le falta razón porque estoy intentando ir a ciudades en las que residen mis amigos de Swansea). Pero aunque espero sinceramente que Escocia (que es donde quiero ir, concretamente Edimburgo) sean la solución, la solución no está ahí. El problema es que nada está saliendo como había previsto, la vida es lo que ocurre mientras haces tus planes, había oído la frase, nunca la había aceptado. Así que tengo miedo de irme, porque no quiero volver triste como lo hice en Salamanca, lugar frío de gente fría, pero aquí siento que me agobio, que me amargo, que estoy desperdiciando mi tiempo, mis ganas de hacer nuevas cosas, de crear de vivir, de trabajar. Ahora tengo ganas de hacer esas cosas, para cuando la crisis ¿se cure? rondaré los treinta y tendré ganas de otras cosas, pero seguramente no serán las mismas que ahora.

Supongo que no soy la única que está perdida, de hecho estoy segura de que es prácticamente toda esta generación… (Por éso Lena Dunham ha creado Girls y tiene tanto éxito, porque todas somos ellas y ellas nos representan a todas).

Y con una reverencia, abandono el anfiteatro por hoy, otro día más… (y peor)

//

Los Miserables, el musical

¡Por fin! ¡POR FIN! Llega a todos los cines españoles una película subtitulada. Toda la película de Los Miserables es un musical, cantan practicamente el 98% de la película, y cuando no cantan, y ahí se nota que estamos en España, está doblado. Es… como escupirle a alguien un lapo de moco verde. Estás tú tranquilamente, emocionada por lo divertidas o conmovedoras que son ciertas escenas y de repente… zas! Una frase en otro idioma con otra voz de un personaje que ya conocías. ¿No habría sido más barato, más agradable y más respetuoso para quien paga la entrada de cine no haber doblado el puñado de frases que han decidido doblar?
Sí, claro que era todo lo mencionado y más.
¿Por qué han decidido doblarlo?
Porque vivimos en Espala, ese maravilloso país.
Fui a ver la película con Chandler que no estaba del todo convencido. Yo tenía muchísimas ganas de verla, había oído que a todo aquel que fuera a verla le encantaría. Y a mí me maravilló.
Los Miserables es la historia de Jaques Valjean, un hombre pobre que sufre veinte años de prisión por robar una hogaza de pan. Valjean escapa a su destino, a su vida y acaba prosperando, siendo un hombre respetado que por motivos de guión vuelve a encontrarse con su suerte y a partir de ese momento, explotan todas las historias, Fantine y su pequeña, la no revolución francesa que empeora, los pícaros ladrones…
Todas las canciones se grabaron en directo mientras los actores actuaban, la mayoría de los rostros son conocidos y yo siento una indescriptible devoción por el chaval que interpreta a Grachove. Qué máquina. Tiene un divertido acento británico y no tiene miedo de la cámara, lo hace genial, pero genial que ese niño va a ser un grande del cine.
La actriz que hace de la Eponine adulta (la hija de los ladrones) también actúa en el musical teatral de Los Miserables.
Tom Hopper dirigió la película, el mismo que me fascinó con The King’s Speech y Claude-Michel Schönberg se encargaba de la música. Aunque la película cogió las canciones del teatro, así que tampoco tuvo que inventarse lo que ya existía.
Quizá la película sea un poco larga (pero yo le quitaría entre diez y quince minutos, no más) pero desde luego que merece muchísimo la pena.